El concepto de humanización se puede atribuir a varias ideas, la primera y de la cual partirían el resto definiciones asociadas a este concepto, es el que lo define como las características que puede tener una persona, animal o cosa que consideramos como propias de los humanos como por ejemplo comunicarse a través del habla, empatizar con otros seres vivos... Cuando una persona antipática e insolidaria cambia sus sentimientos pasando a ser amable, con buen carácter y solidario podemos decir que ha desarrollado su capacidad de humanización.
También podemos utilizar el término de humanización en una película de ficción o dibujos animados cuando a un objeto o a un animal se le atribuyen peculiaridades propias solo de los seres humanos como por ejemplo relacionarse mediante conversaciones o pensar, manipular herramientas, etc un buen ejemplo de este concepto de humanización son las películas de Walt Disney como "Alicia en el país de las maravillas", "Pinocho" o "Dumbo", en ellas observamos que tanto las personas, como las cosas y los animales se comunican entre sí, hablando y realizando movimientos y actividades propias de las personas.
Un concepto muy parecido es el que utilizan los escritores en la literatura para humanizar algunos personajes de sus libros, principalmente en cuentos infantiles como por ejemplo el de "los tres cerditos" en el que el autor (anónimo) otorga voz y movimientos propios de los humanos a los animales protagonistas de su historia o el cuento de "Caperucita" de Charles Perrault, en los que igualmente el autor atribuye características humanas al un lobo para mantener una conversación con la protagonista de la historia. También encontramos este concepto de humanización en fábulas y en relatos fantásticos.
El concepto de la humanización esta también muy presente en el ámbito de la sanidad, ya que en la actualidad hay expertos que consideran que existe un grave problema de deshumanización en hospitales y otros centros sanitarios tratando a los pacientes como a clientes e intentando buscar un beneficio económico a sus problemas de salud o simplemente no empatizando con los sentimientos del paciente y sus familiares cuando en realidad el objeto principal de la sanidad debe ser cubrir las necesidades de las personas, estudiar sus patologías y tratarlas de una manera digna tanto física como emocionalmente ya que se ha demostrado que la valoración, el estado de ánimo y las condiciones del paciente durante el tratamiento son de vital importancia para el proceso de mejora y curación.
