Las locuciones latinas son un conjunto de palabras o frases que provienen del latín, lengua que se hablaba en Roma tanto en la Edad Media como en la Edad Moderna y que es la base de muchas lenguas actuales. Este grupo de palabras se han ido conservando a lo largo de los siglos en la lengua española y en la actualidad son usados con un significado similar al que tenían en la antigüedad cuando se quiere elevar el nivel del lenguaje.
Las locuciones latinas o como se conocen comúnmente latinajos, se utilizan principalmente en el entorno del Derecho, en algunos textos jurídicos y en las relaciones entre las distintas administraciones públicas y los ciudadanos. También es común utilizar este tipo de palabras en el mundo científico y en el ámbito académico.
Un ejemplo de locución latina muy frecuente es: A priori, la unión de estas dos palabras significa que algo proviene de antes del hecho que se está tratando: El fiscal no consiguió demostrar a priori que el acusado se encontraba en la escena del crimen el día y la hora en que ocurrieron los hechos.
Otra locución latina muy utilizada en el mundo jurídico es: Otrosí digo, esta frase hecha la utilizan los abogados en sus escritos a la hora de redactar las peticiones que van dirigidas los tribunales.
Hoy en día es habitual que personas que desconocen el latín, empleen locuciones latinas de manera incorrecta o que no se adecúan exactamente al contexto. Un ejemplo de este uso es la expresión de origen latino: contra naturam, cuando se usa en la actualidad suele nombrarse y escribirse si la última letra: contra natura. La expresión quiere decir que algo va en contra de lo normal o contrario a lo que dictan las normas de la naturaleza.
Otro ejemplo de este mal uso del lenguaje sería: motu proprio, en este caso las personas que lo utilizan suelen cometer dos errores, por una lado le añaden un artículo delante y por otro se suprime la segunda r de la palabra proprio ya que en la actualidad la palabra propio si forma parte del lenguaje castellano, por lo que la expresión queda de la siguiente manera: de motu propio. Hoy en día, se emplea esta frase para indicar que algo se ha realizado por uno mismo de forma natural, sin necesidad de petición previa: He decidido hace el trabajo de química motu propio.
