El planteamiento de un problema es la formulación de una cuestión con unos objetivos definidos, es decir la exposición oral o escrita de una forma esquemática pero con unos detalles mínimos de una serie de puntos que ayudan a solucionar un problema. Es muy importante que el planteamiento de un problema se explique de manera clara, que no quepa ninguna duda sobre los fines que se desean alcanzar y que la vaguedad de los datos que aporte no lleve a ninguna ambigüedad.
El planteamiento de un problema se utiliza en los centros educativos y universidades para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Son muy usados en las asignaturas de ciencias y ciencias sociales (matemáticas, estadística, economía, física, química...) para comprobar la destreza de los estudiantes.
Los problemas nos pueden parecer más fáciles o difíciles de solucionar dependiendo de si conocemos bien el tema del que se trata y los pasos necesarios para llegar a encontrar la respuesta que se nos plantea. En ocasiones puede llegar a ser desmotivador si el asunto del que trata el problema es desconocido para nosotros ya que posiblemente no sepamos por dónde empezar a resolverlo, no tengamos un punto de partida que nos ayude al desarrollo del problema. Podríamos decir que existen tres puntos básicos y comunes a todos los problemas que si somos capaces de llevarlos a cabo, nos facilitarían la solución de casi cualquier problema que se nos pueda plantear en la vida. Pasamos a enumerar los que serían desde nuestro punto de vista, los pasos a seguir:
- Lo primero y más importante sería entender la cuestión que se nos plantea, de esta manera podremos saber cuál es el problema concreto y centrarnos en ello durante el resto del tiempo que nos quede hasta llegar a encontrar la solución correcta.
- Lo siguiente que habría que hacer, sería elaborar un proyecto y unos objetivos a los que queremos llegar. De esta manera diseñaremos un croquis con los pasos a seguir.
- Por último es muy importante alimentar la motivación que tenemos por solucionar el problema que se nos ha planeado, no debemos sentirnos en ningún momento fracasados si no llegamos a la solución, lo importante es seguir intentando llegar a la respuesta correcta. Un intento fallido nunca debe tratarse como un fracaso que provoque nuestra frustración, siempre debe servir para descartar una posibilidad e intentar otra solución.
Esta forma de afrontar un planteamiento de un problema no es única, existen múltiples fórmulas de enfrenarse a una incógnita.
Otros ejemplos de cómo plantear los problemas
