Se llama barbarismo a una incorrección del lenguaje. Este error se produce al enunciar o anotar equivocadamente alguna palabra.
Un ejemplo muy claro de barbarismo en la lengua castellana podría ser decir "captus" en vez de "cactus". Otro ejemplo muy significativo es la palabra "eructo" ya que muchas personas pronuncian incorrectamente "erupto".
Otra versión de los barbarismos, serían los llamados extranjerismos. En este caso lo que se hace es incorporar a una lengua palabras de otra lengua. En castellano es cada vez más habitual mencionar palabras de la lengua inglesa de tal manera que ya forman parte del vocabulario de la lengua española. Un ejemplo de extranjerismo sería la palabra back-up, este vocablo que en castellano significa copia de seguridad, se utiliza de forma habitual tanto en el mundo laboral como en la vida cotidiana lo que ha producido que se sume al diccionario de los hispanohablantes.
La Real Academia española de la lengua entiende que alguno de estos extranjerismos son necesarios y positivos porque permiten a nuestra lengua beneficiarse de palabras llegadas de otros idiomas, pero advierte que en ocasiones los extranjerismos son totalmente innecesarios ya que existe palabras en nuestro idioma con idéntico significado por lo que no tiene sentido reemplazar el extranjerismo por la palabra original ya que la consecuencia podría ser hacer caer en el olvido a esta última y con ello empobrecer la lengua original.
El ocasiones el barbarismo puede ser debido a un vicio en la dicción. En español un claro ejemplo es la pronunciación de la letra "b" y letra "v". No se puede diferenciar en nuestro idioma diferencia al articular estas dos letras. Las dos tienen un sonido bilabial sonoro lo que provoca en ocasiones la confusión al escribir palabras con conllevan estas letras. Un ejemplo de este tipo de barbarismo serían las palabras "baca" y "vaca". La primera estaría referida a un accesorio del coche que se utiliza para transportar cosas. La segunda se refiere a un animal. Las dos palabras se pronuncian exactamente igual por lo que a la hora de escribir la palabra correctamente es necesario saber el contexto en el que se encuadra la frase.
Otro ejemplo de barbarismo muy utilizado en nuestra lengua es el de denominar a los estadounidenses con el vocablo: americano. América es un continente por lo que y por lo tanto todos los que viven en él son americanos (canadienses, venezolanos, mexicanos, argentinos...).