El verbo es una de las palabras principales de la oración junto con el sujeto. En todas las lenguas es una palabra compleja. Se utiliza para manifestar una acción (Nacho corre todos los días por la mañana) o un estado de ánimo (Ana llora por las noches).
Todas las oraciones deben contener un verbo que informe del hecho que se realiza o del sentimiento que se quiere expresar.
Jugar / estudiar / pensar/ entristecer / imaginar / suplicar / pedir / andar / medir / llevar / comprar / construir / pintar / discutir / amar ...
Todas las palabras anteriores son verbos. En gramática española, la función que ocupa el verbo es la de núcleo del predicado y para que la oración sea correcta siempre debe conjugarse según el número de personas que realiza la acción (singular o plural) y el momento en el que se realiza la acción (pasado, presente o futuro).
- Singular y pasado: Juan comió ayer ensalada / Juan ha comido hoy ensalada
- Singular y presente: Juan come ensalada / Juan está comiendo ensalada
- Singular y futuro: Juan comerá mañana ensalada
- Plural y pasado: Los niños comieron ayer ensalada / Los niños han comido hoy ensalada
- Plural y presente: Los niños comen ensalada / Los niños están comiendo ensalada
- Plural y futuro: Los niños comerán mañana ensalada
Los verbos pueden ser clasificados en transitivos e intransitivos. Los verbos intransitivos son los que pueden formar una oración con sentido solo acompañados del sujeto que realiza la acción.
Ejemplos: Yo bailo, Gema ríe, Ellos corren, Los abuelos lloran, Mi padre sonríe.
Los verbos transitivos, por el contrario, necesitan de un acompañamiento en forma de complemento directo para formar un sintagma y que la oración pueda completarse para que tenga significado.
Ejemplos: Los abuelos no han podido ver a su nieto, David ha recogido el paquete de correos, Mis vecinos me han recordado que hoy hay reunión de la comunidad.
Además de la anterior clasificación, los verbos también pueden ser catalogados según su conjugación, es decir, dependiendo de la terminación del verbo. Tenemos los verbos terminados en - ar - que se identifican como los de la primera conjugación: amar, cantar, hablar, mirar. Distinguimos también los verbos terminados en -er- que serían los de segunda conjugación: tener, correr, oler, poner. Y por último los verbos de tercera conjugación que son los verbos terminados en -ir- como por ejemplo: servir, decir, morir, escribir...